¿Y si la muerte no importa? El secreto de Epicuro para vivir en paz

Según Epicuro, los placeres de más alto rango son de carácter espiritual. El placer está más bien en la finura estética de la vida, en el exquisito y delicado trato con los amigos, en la grata satisfacción de la vida diaria; por ello, el ideal del sabio es el de aquel hombre, en verdad privilegiado, que sabe elegir los placeres más sutiles, que rehúye toda clase de pasiones, que llega a una ausencia de sufrimientos, que ha desterrado de su espíritu el temor a los dioses y a la muerte, los cuales solo obstaculizan la felicidad.

No debe temerse a los dioses —dice Epicuro—, ya que estos, si existen, son indiferentes al destino de los hombres, moran en su lejana residencia, entregados a un reposo absoluto sin preocuparse de las miserias de este mundo. Igualmente, no debe temerse a la muerte: "la muerte —sostiene Epicuro— nada es contra nosotros, pues mientras nosotros somos, ella todavía no es, y cuando ella llega, nosotros ya no somos".

Además de su carácter hedonista, la ética de Epicuro representa un "individualismo" y un "egoísmo", pues al igual que los cirenaicos y los cínicos, el epicureísmo se orienta en un sentido individualista; al sabio epicúreo solo le interesa su bienestar personal y es indiferente a las preocupaciones sociales; las manifestaciones sociales, salvo la amistad, constituyen un problema para el logro de la felicidad; el matrimonio, por ejemplo, solo engendra molestias y exige atenciones incompatibles con la tranquilidad del alma.

Asociación Fondo de Investigadores y Editores. (2014). Anual San Marcos 2014 (p. 53). Lumbreras Editores.

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